En un pliegue esmeralda de Antioquia
noche y día resuena un cantar.
Es del yunque do labran las hoces
con que pronto se van a segar. 

 

Compañeros, la aurora ya empieza
de los montes la cumbre a entintar:
que la fragua crepite rojeante
los metales en oro al cambiar.

 

En un pliegue esmeralda de Antioquia...
 
Cimbreantes los trigales,
ya maduros contemplad.
Las canciones de las hoces
presurosas escuchad.
De la siega sonreída las gavillas ya gozad.
 
Qué faena, qué sudar,
de colmena el labor
y la savia bullidora bajo el sol canicular,
y la sangre quemadora
por el rudo golpear. 
 
Hermanos, en la vasta lejanía.
los ecos se perciben de un cantar;
las hoces que se fueron aquel día
¿será que ya retornan al hogar?
 
Cosecha bendecida que las ansias
inmensas de mi pecho va a llenar;
envuelta en mi sonrisa triunfadora,
la miro hacia las trojes avanzar.

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Hermanos, en la vasta lejanía...